"Madurez del hombre adulto: significa haber reencontrado la seriedad que de niño tenía al jugar". (Friedrich Nietzsche)

lunes, 4 de febrero de 2013

Somos cuerpo


Creo que una consecuencia derivada de la consciencia de nosotros mismos (como seres humanos) fue, en primera instancia, un cierto aislamiento de nuestro cuerpo. Cierto es que, tras esto, hay muchos factores culturales, religiosos... pero, probablemente, si hay causa primera de la cuál se difiera un primer distanciamiento, se pueda explicar de manera natural.

Al obtener una consciencia de nosotros mismos que nos permitiera ser sabedores de que estamos vivos pero de que vamos a morir, entre otras otros muchos conocimientos, comenzamos a creer, rápidamente, que nosotros eramos propiamente esa conciencia y nada más. Es decir, que nosotros eramos esa voz interior que pensaba, gestionaba sentimientos, planificaba... y que, quizás, estuviera ubicada en algún lugar del cuerpo (digo quizás porque durante largo tiempo y en muchas tradiciones, esto no era algo, en absoluto claro; más bien al contrario).

Pero aunque nuestro "motor gestor", o consciencia, tuviera alguna residencia física, nunca pudimos eliminar del todo la sensación de que eramos propiamente eso, esa consciencia o de que, cuanto menos, esa consciencia estaba jerárquicamente muy por encima de todo el resto que nos componía: el cuerpo.

El hecho de que gestionemos los movimientos más aparentes de nuestro cuerpo (al decir aparentes, elimino movimientos reflejos e internos orgánicos para referirme, única y exclusivamente, al movimiento de extremidades y otras partes externas) a nuestra voluntad en la mayoría de casos, nos facilita pensar esto. Es decir, que somos propiamente esa conciencia o motor. Y, quizás, nos induzca a pensar que el cuerpo es un mero anexo supeditado.
CC; Imagen de dominio público (fuente: www.clker.com)


Imaginemos, sin embargo, para una persona en pleno uso de sus facultades físicas (sin impedimentos o minusvalías) como puedes ser tú, lector, o yo como escritor. Imaginemos que, por ejemplo, por un accidente, perdiera esa persona, ambas manos. Algo trágico, sin duda. Una vez superado el shock inicial por el propio accidente y la posterior perdida, la vida de esa persona cambiaría radicalmente. Mucho más de lo que, probablemente, nunca hubiera pensado que le podría cambiar por la perdida de esos "anexos". Seguramente, se podría reponer y adaptar a esa situación como lo hace otra mucha gente tras una perdida de características similares. Probablemente, la implantación de alguna prótesis le facilitaría mucho las cosas. Sin embargo, se de este último caso o no (especialmente si no se da), la vida de esta persona sufre un vuelco.

El mayor trauma se produce, creo al comenzar a darse cuenta de algo que desconocía: de la importancia de una serie de gestos cotidianos que no valoraba. De la importancia que tiene nuestro cuerpo: nuestros pies al caminar, nuestras manos al sujetar algo o al escribir... Eso mismo, escribir, se volvería un tormento en mi caso. Tendría que acabar recurriendo a prótesis u otro tipo de ayudas. Pero esto no resta razón al argumento, más bien al revés.

Está muy bien, que le demos mucha importancia a nuestras facultades mentales y nuestra consciencia de nosotros  mismos. Pues la tiene. De hecho, es un factor diferencial con respecto al mundo animal que nos rodea. No obstante, no podemos pensar que estamos totalmente despegados de nuestro cuerpo. Este juega un papel no sólo importante, sino crucial. Pues somos eso realmente. No podemos ni debemos discernir. Todo está localizado en nuestro cuerpo y este no es un mero soporte. No podemos despreciarlo. Es de capital importancia que un día, al despertarnos, nos fascinemos por como podemos mover nuestras extremidades, por ejemplo. Pues éstas, cumplen un papel fundamental. Un papel que va mucho más allá en su complejidad de lo que creemos.

Para acabar, sólo debemos pensar, por ejemplo, el papel capital que hoy en día se le atribuyen a nuestras manos para nuestra evolución: el desarrollo de una mano prensil que la hacía inmensamente versátil y apta para sujetar y moldear cosas jugó un papel de suma importancia al facilitar la creación y uso de herramientas que nos facilitaran nuestra vida en el proceso de hominización.
Alex Mesa

05-02-2013
Nota: Está permitido  reproducir parcial o totalmente este artículo siempre y cuando se cite la fuente (la dirección web) y el autor original. Queda prohibida  la venta o utilización de este artículo con fines económicos sin previa consulta al autor.

2 comentarios:

  1. El dualismo platónico que fuere herencia del platonismo sigue todavía hoy presente en el pensamiento de muchas personas, porque el dualismo siempre fue una solución pragmáticamente eficaz al problema de la nada, planteado metafísicamente, o la muerte, planteado en términos antropológicos. Daba respuesta a la angustia de las personas, podía servir a los religiosos para establecer mitos que aseguraran la cohesión social y a la vez permitía el control social a partir de las mismas instituciones "legitimadas" desde la autoridad divina.

    Una vez fueron cayendo dichos mecanismos de control social, la necesidad de los mitos empezó a ser cuestionada y con ella el pensamiento dualista cayó en la total decadencia. En el ámbito académico hoy más bien estudiamos nuestro cerebro como una misma sustancia material no desligada de nuestro cuerpo. Nuestro cerebro sería como el hardware o sustento de nuestros programas mentales o ideas, que harían la función de software, que es más o menos complejo en función de las relaciones que se establecen, así el centro de interés sobre lo mental queda centrado en su aspecto procesual, con lo que aquello que llamábamos "alma" hoy se explica en función del ambiente, sujeto y organismo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sin duda, el dualismo platónico y, aún más especialmente, la absorción que hace el cristianismo de este, tiene en Occidente consecuencias funestas para la consideración del cuerpo. Por tanto, estoy de acuerdo en buena parte de tu comentario.
      Sin embargo, mi hipótesis es que este propio dualismo platónico, así como cualesquiera otras concepciones culturales/religiosas/filosóficas, derivan de este propio fenómeno físico que sucede en algún momento: la autoconciencia. Ésta nos permite hacer abstracción incluso de nosotros mismos y, así, creo que el camino ya está medio andado para una posible marginación del cuerpo. Fenómenos concretos como la aparición de Platón sirvieron a esta causa, sin duda alguna.

      Muchas gracias por tu aportación.

      Eliminar